La Carta Magna, es
la primera restricción escrita a la autoridad real en Europa, y el más duradero
texto constitucional de la historia, que controla el poder total del monarca, y
del que provienen las libertades inglesas, contiene disposiciones que serán la
base del derecho público burgués: el derecho de no ser retenido sino por orden
de autoridad competente; el de no ser condenado sin previa audiencia y
demostración de responsabilidad; inviolabilidad de domicilio; la protección del
derecho a la vida, la propiedad y libertad individuales; la inviolabilidad de
los derechos de las villas y ciudades del reino, y la prohibición del rey a
imponer tributos sin previa consulta al Consejo del Reino constituido por
representantes de la nobleza. Su pasaje más famoso ha sido interpretado como sentar las
bases de juicio ante jurado: "Ningún" hombre libre "será
agarrado o arrestado, o desnudado de sus derechos o posesiones, o proscrito o
deportado, ni la voluntad que actuamos duramente en contra de él, excepto por
el juicio legal de sus iguales o por el derecho común".
En la Carta Magna encontramos por primera vez
el principio del debido proceso:
“Ninguna persona, cualquiera que sea su estado o condición, podrá ser privada
de su tierra ni de su libertad, ni desheredado, ni sometido a pena de muerte,
sin que antes responda a los cargos en un debido proceso legal”. (“That no man of what estate o condition that he be, shall be put out of
land or tenement, nor taken nor imprisoned, nor disinherited, nor put to death,
without being brought in answer by due process of law”- versión inglesa de 1354).
La Carta
Magna de 1215, considerada la base de la ley británica, es el primer bloque de
la Constitución de los ingleses, conformada por una serie de leyes y
convenciones, en vez de un documento único. La Carta Magna tuvo una primera
duración de diez semanas. El Rey Juan solicitó a Roma la revocatoria de este
documento, lo que el Papa Inocencio III accedió, sumiéndose Inglaterra en la
guerra civil. A la muerte del Rey Juan,
su hijo Henry III reeditó la Carta Magna.
En la legislación inglesa, el Parlamento,
organizado en dos cámaras, la de los Lores, en la que estaban representados la
alta nobleza y el clero, y la de los Comunes, conformada por representantes de
la burguesía y de la pequeña nobleza territorial, se diferencia de las
asambleas estamentarias del continente que limitaron el poder de los reyes con
anterioridad al advenimiento del absolutismo.
El tránsito hacia las instituciones burguesas
se inicia en Inglaterra, país donde el absolutismo fue bastante moderado y en
el cual, antes que en cualquier otro del continente, la burguesía alcanza el
predominio económico gracias a la llamada “revolución industrial”, la cual fue
factible por un cambio cultural que
permitió la asimilación de las ventajas de la utilización de la maquinaria en
la producción.
Comenzando el siglo XVIII, encontramos en Gran
Bretaña sólidamente establecidas las instituciones de una monarquía
constitucional, que sirvió de modelo a la primera Constitución escrita de la
época moderna: la Constitución de los Estados Unidos de América adoptada el 17
de septiembre de 1787. Aunque para algunos tratadistas, los ingleses con el Instrument of Government de 1654,
durante el período de Oliver Cromwell, crearían la primera Constitución escrita
válida del mundo moderno, siendo considerado el prototipo de la Constitución de
los Estados Unidos de América de 1787 aún vigente en pleno siglo XXI.
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